El timing o sincronización se basa en la optimización de los parámetros espacio-temporales para aumentar las posibilidades de éxito de un ataque directo, mediante la búsqueda de los espacios «vacíos» que producen los movimientos del adversario.
Estos se producen cuando ha perdido el contacto con el suelo durante el bote o los desplazamientos.
Tendremos una oportunidad de ataque aprovechando los cambios en los desplazamientos y el bote, pues estos generan momentos en los que el adversario se encuentra con ambos pies en el aire, incapaz de reaccionar.
Al ajustar nuestro timing buscamos optimizar los resultados de un ataque; sincronizarnos con estos momentos débiles del balance posicional del adversario, iniciando el ataque cuando se encuentra en una situación que le impide reaccionar.
El ajuste consiste en «leer» el ritmo de bote o de avance del contrario para acompasarnos con él y utilizarlo en nuestro cuando se encuentra con los dos pies en el aire o, por otra parte, si se desplaza adelante y atrás, anticipando o ajustando nuestro ataque al espacio al que su ritmo le llevará en la siguiente secuencia de movimiento.
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