¿Cómo la decisión de una maestra llegó a influir en dos generaciones gracias al Taekwondo? ¿Cómo una trampa inocente marcó cientos de vidas? Esta es la historia de la Academia Brun K Tae, en Pérez Zeledón -136 kilómetros al sur de la capital de Costa Rica-, donde se forman personas y se cumplen sueños, como el del director, Obed Gamboa, quien arrancó con la enseñanza para que sus hijos vivieran su pasión. ¿Qué pasó? Una vida llena de logros.
Según Emanuel, su papá Obed, decidió meterlo a una academia de Taekwondo por mal comportamiento y desde ese día cero la vida le cambió. La semilla germinada de la competencia alcanzó al corazón de un padre ilusionado en convertir a sus dos hijos en campeones del Taekwondo.
Junto con Emanuel estuvo Josué, el mayor de los tres Gamboa. Ambos trabajando cn su padre y con las selecciones menores de Costa Rica lograron medallas juveniles a nivel centromericano, algo destacable para dos atletas que se las ingeniaron para salir adelante.
«A mí hay algo que siempre me hace pensar… cuando estaba en el colegio no tenía… muchas veces yo iba sin plata al colegio porque mis papás no podían darme. Era tan frustrate porque una profesora de inglés nos hacía comprar copias, valían 150 colones (US$0.27) y yo no los tenía», recuerda Emanuel.
Obed, en su memoria destaca momentos deportivos, sacrificios y entregas; pero sobretodo agradecimiento a sus dos hijos mayores que funcionan como soporte de la escuela que dirige y al menor que está en formación.
«Lo que hacen ellos, ahorita, (…) no podría pagar lo que vale el Taekwondo o lo que ha hecho el Taekwondo a nivel familiar», dijo Obed Gamboa.
Esta historia es la segunda que publica la Federación Costarricense de Taekwondo junto con MasTKD.com en diferentes plataformas y que busca demostrar que el arte marcial moderno cambia vidas.
Esteban Mora, Exclusivo MasTKD.com