«Le agradecí a Dios y también fue para mi mamá. En esos últimos 15 segundos cuando el ruso estaba viniendo pensé también en mi mamá que ella también peleó hasta el final y dije: voy a dejarlo todo al 100% y no me va a ganar».
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De esa manera, el argentino hoy bronce mundial de los -58kg, Lucas Guzmán relató de dónde sacó el combustible y el coraje para lograr vencer en octavos de final al ruso Mikhail Aratamonov, quien se perfilaba como uno de los favoritos para dejarse la dorada.
Esa contienda, en específico, fue sumamente cerrada, definiéndose en los últimos segundos del tercer asalto por diferencia mínima y con mucha estrategia.
Guzmán cerró el pecho y bajó su mano delantera, dando a entender que cedía la iniciativa del cierre al ruso, pero no; lo único que permitía fue un par de segundos para que el ruso fluyera y desestabilizara y ya, a falta de 7 extensos segundos, decidió trabajar en simultáneo, logrando dejarse la pelea.
Posteriormente su pase a cuartos fue con otra pelea de infarto, frente al tunesino Hedi Neffati, a quien comenzó a dejar botado en el marcador ya en la agonía de la tercera salida. Sin embargo, fue en ese momento cuando el africano coló una al casco y recortó distancia, Guzmán despertó e igualó el tablero. A falta de 15 segundos, desde el banquillo le gritaban que cerrara filas y apretara el gatillo de su arsenal técnico con el que carga, pero el sudamericano decidió esperar y apostarlo todo en el último suspiro. Su estrategia funcionó.
«Incluso yo tenía fe hasta lo último que iba a conectar. Me acuerdo que desde la silla me gritaban ahora, ahora atacá; faltaban como siete segundos y yo esperé unos segundos más porque estaba viendo los tics, noté muy ansioso al de Túnez, y estaba seguro que yo en la descarga iba a puntuar», explicó Guzmán a MasTKD.com.
La historia en semis fue diferente. Aunque el bonaerense intentó por todas las vías disponibles, el coreano Jun Jang fue superior y logró vencerlo, no con facilidad, pero sí con autoridad. Pese a ello, Guzmán reconoce que este año viene con mucho mayor compromiso, entrega y mente de hierro, por lo que augura un futuro triunfador.
La promesa
Cuando Lucas Guzmán se sobrepuso al ruso Artamanov, lo primero que hizo fue besarse los índices y señalar el cielo. Respiró profundo y con el puño derecho y el brazo doblado lo balanceó de adelante hacia atrás.
Aquella imagen pudo quedar en la historia del Taekwondo argentino como una buena foto de un momento importante, pero más allá de eso; la imagen representa el momento en que el -58kg recordó lo que dijo a su madre a inicios de año.
«Yo creo que cuando arrancó el año la pérdida de mamá fue bastante dura, creo que eso también me ayudó a meterme al 100%. Antes que pasara todo esto le dije que este año iba a ir al 100%. Los años anteriores solamente estaba disfrutando el deporte, iba a pelear, pero no lo tomaba al 100%; sabía que este año iba a ser duro. Le prometí eso y bueno: creo que en parte lo cumplí y seguiré trabajando duro este año», reveló el bronce mundial.
Por ahora, el argentino augura su participación en el Grand Prix Series de Roma, en quince días, y los Juegos Panamericanos Lima 2019, a finales de julio.
Esteban Mora, Exclusivo MasTKD.com