Azerbaiyán, sin dudas fue una de las grandes revelaciones en este reciente Juego Olímpico 2016. Tras haber logrado incorporar la totalidad de atletas posibles en el Clasificatorio Continental, pudo llegar a Río de Janeiro con cuatro deportistas y se llevó 3 medallas olímpicas.
Si bien la historia olímpica de Azerbaiyán no comenzó aquí, ya que en Atenas 2004 tuvieron su primera presentación, en Brasil fue donde por primera vez lograron subirse a un podio olímpico. Y para hacer promedio, esta vez lo hicieron en 3 ocasiones.
Luego de su paso triunfal por Río2016, donde un oro y dos bronces fueron la cosecha final obtenida por el país en cuestión, muchos interrogantes se plantearon sobre su sistema de entrenamiento. Pero siempre existe una causa racional para todo resultado exitoso. Siempre hay una respuesta lógica que sucumbe todas las dudas e interpretaciones posibles.
Conozcamos el extraño caso de Azerbaiyán y el porqué del título de este artículo, exclusivo de MasTKD.
El Factor Irán
En el año 2014 y con ánimos de generar un cambio drástico en sus resultados deportivos, la Federación Azerbaiyana de Taekwondo tomó la sabia decisión de contratar a un entrenador iraní, hablamos de Reza Mehmandoust.
Reza estuvo a cargo del combinado de Irán desde 1997 hasta 2014, logrando los notorios resultados que llevaron a ese país a la cima dentro de nuestro deporte.
Desde su incorporación, el nuevo técnico planteó un sofisticado sistema de entrenamiento, el cual pudo amoldarse perfectamente a los recursos existentes en el país europeo. Incluso tomando la drástica decisión de incorporar a un viejo alumno suyo desde Irán, para que se integrara al seleccionado nacional europeo.
Estamos hablando de Milad Harchegan, quien tomó la acertada y aunque dura decisión de seguir a su entrenador original, dejándolo todo: casa, familia, amigos y nación. Todo con tal de vivir su tan ansiado sueño olímpico.
Sueño que su país de origen le había negado, pero que esta nueva patria y entrenador le otorgaran, y en el momento justo de su vida. Hoy por hoy podemos decir que, desde Río2016, el azerbaiyano por elección Milad, ya es medalla de bronce olímpica.
Los resultados en Río de Janeiro para Azerbaiyán se completaron con el oro de Radik Isayev en +80kg., el bronce de Patimat Abakarova en -49kg y el diploma olímpico de Farida Azizova, quien cayó ajustadamente en el repechaje.
La otra cara de la moneda
Muy por el contrario, los resultados de Irán, en estos Juegos Olímpicos, fueron los peores de su historia.
Teniendo dos número 1 del ranking y un número 2, todos quedaron eliminados en preliminares. Esto es, sin contar el bronce femenino de Kimia Zenoorin, quien merece un capítulo aparte y sobre la cual hablaremos en un próximo artículo.
Todo esto, puede que tal vez represente en patrón muy evidente para ambas situaciones.
El Factor Irán o mejor dicho el Factor Reza, fue determinante en los resultados para ambos países, por presencia y por ausencia. Esta vez la gloria siguió a una persona y no a un país.
Como todo en la vida, situaciones clave siempre nos dejan una clara enseñanza. A veces no alcanza con tener en la silla de coach a un ex competidor exitoso o a un entrenador famoso, no siempre la imagen lo es todo. A veces es necesario tener a personas que realmente saben lo que están haciendo y que dejarían todo por la nación que representan.
Y en estos Juegos, tanto el entrenador Reza como el competidor Milad, demostraon que sabían bien lo que estaban haciendo y son dignos merecedores de los premios que se llevaron (VER NOTA).
Esta sin dudas, es una grata enseñanza que nos queda «nada puede frenarnos, si es que realmente queremos alcanzar nuestros sueños. Tal vez el escenario o la bandera cambie, pero la gloria no distingue fronteras.»
Matías Rojas, Exclusivo MasTKD