El día estuvo caliente en el Polideportivo Anáhuac, en Querétaro, México. Sin embargo, el taekwondo explosivo, dinámico e interesante no hizo falta.
Varias acciones llamaron la atención de mucho, en especial las acciones del taekwondo de Uriel Adriano (contra René Lizárraga) y las peleas de Camila Rodríguez y Saúl Gutiérrez.
El paso de cafetera fue fuerte, dejando entrever que será una de las fuertes candidatas de Colombia para la clasificación de Tokio 2020.
Tuvo una final tétrica, ante Victoria Stambaugh, de Puerto Rico. La de la “isla del encanto” iba arriba en el marcador, pero faltando un segundo, literalmente, Rodríguez le conectó un puño letal que obligó a un cuarto round.
El punto de oro apareció ante una efectiva Rodríguez y una anonada Stambaugh tuvo que conformarse con la plata.
La otra pelea que puso a todo el mundo de pie, fue la de René Lizárraga y Uriel Adriano. No sé pudo confirmar nada, pero ambos parecían llevarse un pique por ver cuál era el mejor.
Se dieron de alma, Taekwondo fuerte, agradable al ojo, emocionante y reñido, fue lo que el par de aztecas otorgaron. Uno iba a dejar fuera del pódium al otro, porque se vieron las caras en cuartos de final.
Después de toda una batalla en el tapiz, Adriano logró arrebatarle el gane a Lizárraga y posteriormente se sobrepondría ante el brasileño, para ser avasallado por un Moisés Hernández que demostró estar listo para Río 2016.
Por otro lado, Saúl Gutiérrez fue el mimado de la casa. El queretano se hizo dueño de los 8×8 en los que estuvo, y llegó al oro sin mayor exigencia. Eso sí: el trabajo de sus rivales fue totalmente meritorio.
El resto de finales estuvieron buenas, pero con el nivel que demostraron las ya mencionadas, se vieron aburridas. Aunque no lo fueran.
De esta manera el telón del Open Panamericano G2 cayó y Querétaro despide a los mejores atletas del continente occidental.
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Esteban Mora, Exclusivo MasTKD