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Hoy en día mucho se habla del deporte de alto rendimiento, de los grandes eventos deportivos como Copas del Mundo de Futbol Soccer y sus grandes estrellas. Récords Olímpicos o finales del Súper Tazón de Fútbol Americano.

Día con día se profesionalizan y se investiga en las diferentes ramas de las ciencias del deporte en búsqueda de las fórmulas de las tan preciadas medallas olímpicas o resultados de nivel mundial, pero más allá de esto, todos los que trabajamos en alguna fase del proceso sistemático del deporte, háblese de la educación física, federaciones o asociaciones deportivas, clubs, academias o hasta selecciones nacionales, debemos de tener claro cuál es nuestra función además de los resultados deportivos o la cuota que nos representa el alumno o la clase de una hora que impartimos, y es el hacer uso del deporte, la educación física y la recreación, para el desarrollo integral de un mejor ser humano y por ende la construcción de una mejor sociedad.

Aunque la respuesta parece sencilla, muchas veces nos olvidamos el por qué del sentido del olimpismo, y nos alejamos por mucho del ideal del barón Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos, quien visualizaba una sociedad más pacífica a través del deporte, así como el hecho de transmitir los valores del respeto, amistad y excelencia.Gabriel-Sagastume

¿Cuánto legado dejaríamos en nuestra corta estadía por este mundo si en realidad viviéramos estos valores? ¿cuántas guerras se evitarían? ¿cuánto podríamos hacer por evitar la violencia y realmente ser excelentes en todo lo que realizáramos?

Como profesionales del deporte debemos reflexionar qué estamos haciendo para la construcción de mejores seres humanos, mejores ciudadanos, pero más aún, que legado le dejaremos a las personas que hayan pasado por nuestra institución, academia, club u organización.

Muchos recordamos a nuestros primeros profesores o entrenadores por la dureza que impartían en las clases o por las técnicas deportivas que nos enseñaron, así como las largas y extenuantes jornadas de entrenamientos que en algún momento rindieron su fruto y nos llevaron al pódium, como así también la satisfacción de haber alcanzado un logro deportivo gracias a ese esfuerzo, constancia y dedicación, pero más aún, recordamos esos consejos y el tiempo que nos dedicaron para transmitirnos lo que hoy forma parte de nuestra vida, porque gracias a ello podemos salir adelante en diversas situaciones a las cuales nos enfrentamos al dejar la etapa deportiva y abrirnos paso en la, muchas veces, difícil realidad del mundo competitivo actual.

Es por esto mis amigos que de nosotros depende y tenemos la responsabilidad de hacer uso de esta gran herramienta para educar, guiar y transformar a nuestros deportistas y futuros ciudadanos ejemplares, a través de la transmisión de principios, valores y un espíritu de guerreros del bien.

Recordemos que hoy por hoy dejamos de ser profesores o entrenadores para convertirnos en guías de vida. Es por esto que debemos de predicar siempre con el ejemplo, ya que el verdadero liderazgo sólo se logra cuando nuestras palabras tienen congruencia con nuestras acciones.

 

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Gabriel Sagastume, Exclusivo MasTKD