Durante cien días este elemento portador de la Llama Olímpica atravesará el mundo uniendo ciudades y comunidades, transmitiendo el fiel mensaje de la celebración de los próximos Juegos Olímpicos de verano, terminando su recorrido con el encendido del Pebetero Olímpico en la Ceremonia Inaugural de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el próximo 5 de Agosto de 2016.
Pero conozcamos un poco más de sus orígenes para entender en mayor medida el valor de su simbología y su aporte al engrandecimiento del espíritu olímpico.
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Historia
La antorcha olímpica tiene sus orígenes en la mitología griega, el fuego que la misma portaba fue un regalo hecho a la humanidad por parte de Prometeo, titán que robo dicho fuego a los dioses con el fin de entregárselo a los hombres para que no solo pudieran encontrar allí el conocimiento, protegerse del frío, del peligro de los animales, cocinar sus comidas sino que principalmente se transformara en la base creadora de toda cultura y progreso técnico.
La tradición proviene de los Juegos Olímpicos Antiguos. En la antigua Grecia, una llama eterna era colocada frente a los principales templos. Una situación similar sucedía dentro de los límites de Olimpia, sede de las competiciones, en el santuario dedicado a Hestia o en los templos de Zeus y Hera.
Si bien no existe un precedente antiguo referido al recorrido de la antorcha olímpica, en Atenas se realizaba un evento similar denominado lampededromía o carreras de antorchas, realizado en honor a ciertos dioses.
La primera vez que se instauró el recorrido de la antorcha y la llama olímpica fue en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936. En la búsqueda de unir los Juegos Olímpicos Modernos con los de la antigüedad, Carl Diem, presidente del Comité Organizador, propuso la inclusión de un relevo de antorchas en el programa de los Juegos Olímpicos. El Comité Olímpico Internacional aprobó la propuesta de Diem y en consecuencia los Comités Olímpicos Nacionales de Grecia, Bulgaria, Yugoslavia, Hungría, Austria, Checoslovaquia y Alemania (los sietes países incluidos en el recorrido de la antorcha) se mostraron a favor y ofrecieron su apoyo. Siendo el evento diseñado para publicitar el poderío y la creciente influencia de la Alemania nazi, existiendo un documental llamado Olympia que lo muestra en su magnitud, promovido por el propio Joseph Goebbels, Ministro de la Propaganda Nazi y responsable de la cobertura de prensa de dichos Juegos.
Si bien la primera llama olímpica de los juegos modernos, se observó en Amsterdam 1928, donde como Pebetero Olímpico funcionó una torre de 40 metros anexa al Estadio Olímpico, no existió recorrido de antorchas y la llama tampoco fue encendida por un atleta renombrado sino por un empleado de la compañía de gas.
Fuego que representa la sabiduría y el conocimiento de que algo tan puro como el deporte puede llegar a unir al mundo entero.
Matías Rojas, Exclusivo MasTKD
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