Un amplio currículum respaldaba a Servet; una tribuna, un país, y la confianza resguardaban a Denisenko. Eran el número uno contra el séptimo, según el Ranking Olímpico de mayo.
La del día anterior había sido una jornada brillante para el turco en la que brilló de principio a fin (Ver: La leyenda Servet Tazegül se mete en semifinales), y muchos amantes del Taekwondo ofensivo, más similar al de la vieja escuela, esperaban ver al Campeón Mundial y Olímpico colgarse otra vez una presea dorada en su cuello.
Una final mundial con dos competidores que desde el inicio se mostraron los dientes con ambición, pero que se dedicaron a dar un verdadero show.
De bienvenida Servet desató una cadena de bandals, como queriendo decir: “su tapiz, mis reglas”. Los giros tampoco fueron problema y a los 44 segundos uno de esos letales, en los que Tazegül puede dar cátedra, se encontró con el flanco izquierdo del ruso y puso al legendario arriba en el marcador.
El primer asalto insinuaba un gane sumamente sencillo para el turco, sin embargo cuando el tiempo de la primera parte se agotaba, el anfitrión le empalmó una al peto y otra a la cara, como respondiendo el mensaje: “mi país, mis reglas”. Cerrando el primer acto con un 5-4 a favor del ídolo Tazegül.
Dos inquietos atletas con sed de victoria echaron todo al fuego desde el inicio de la segunda aparición y la terminaron sin nada escrito para nadie, con un 7-7 en la pantalla.
En el tercer round solo se sumaron tres puntos, los que llevaron a Servet a tocar la gloria; un hombre que cargó, carga y cargará el estandarte de legendario. Esa etiqueta que todos quieren, algunos logran, y solo uno mantiene: Servet Tazegül, la leyenda que ha logrado dejar atónito más de uno o ese mismo que salió campeón de Chelyabinsk poniendo el ritmo de su fiesta y derrotando al ruso Alexey Denisenko.
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Esteban Mora, Exclusivo MasTKD
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