Entre sus títulos más destacados está el bronce en los Juegos Panamericanos de Río 2007 y la reciente plata en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Mayagüez 2010.

Para Guatemala, que forma parte del área de Centroamérica, las competencias del Ciclo Olímpico, al igual que para la mayoría de los países, son las pruebas más importantes. En este caso Federico Rosal viene cumpliendo con creces cada uno de sus compromisos.

En el 2007 tuvo una gran actuación durante los Juegos Panamericanos, en la difícil categoría olímpica de -58 Kg. donde alcanzó la medalla de bronce. En el mismo año participó en los clasificatorios olímpicos, donde no pudo acceder a una plaza para Beijing 2008.

Su próximo compromiso dentro del calendario olímpico sería este año 2010, en los Juegos Centroamericanos, donde una vez más Federico subió al podio, conquistando una medalla para su país.

Si lo vemos desde el punto de vista estadístico, no hay mucho para destacar de un atleta que mantiene una buena performance dentro de las competencias del ciclo en las que participa, pero ¿cómo fue la vida de Fede desde finales del 2007 hasta el 2010?

Quizás si conocemos la respuesta a esa pregunta, la reciente medalla de plata en Mayagüez, más que un simple logro deportivo, tenga más parecido a un milagro y ejemplo de auto superación.

Antes de llegar a lo que fueron los Juegos Centroamericanos y del Caribe recientemente finalizados, decidimos conocer un poco más de la vida de Federico, por eso nada mejor que dar un repaso a su carrera.

 

Fede, ¿Cómo y con quien comenzaste en el Taekwondo y cuando y porqué llegaste a la Selección Nacional?

Bueno empecé a practicar Taekwondo a los 5 años, con el entrenador y hoy mi gran amigo Hector Kazali, en donde aprendí todas las técnicas básicas y la marcialidad de mi deporte, gran  parte de la persona que soy ahora, se lo debo a mis bases en este deporte que me fueron inculcadas desde muy pequeño. Recuerdo que tenía 14 años cuando el actual Director Técnico de la Selección Nacional, convocó a unas pruebas a todos los gimnasios de la ciudad capital, de donde solo 2 fuimos invitados a formar parte de los entrenamientos de la selección.

 

Eso significa que desde los 14 años tu ya pasaste a formar parte del equipo nacional. El ser parte de una Selección Nacional en Guatemala ¿generaba algún cambio en tu vida?

Por supuesto, son muchos los jóvenes que practican taekwondo en el mundo, y formar parte de la selección de mi país significaba todo para mí. Pero al mismo tiempo significaba dejar de dedicarle tiempo a mis amigos, mis estudios y  principalmente a mi familia.

 

¿Cuándo comenzaste a destacarte?

Recuerdo muy bien la primer medalla que gané representando a mi país, fue en los Juegos Centroamericanos Estudiantiles CODICADER, luego de varios torneos de no ganar, esta medalla significó mucho para mí y mi familia, tenía 16 años, y quede campeón de la categoría juvenil de -51Kg.

 

Ya nombraste dos veces a tu familia, esto parece muy importante para ti. Tu vida familiar, social, escolar, etc. ¿se complementaban bien con lo deportivo?

Como mencionaba anteriormente, muchas veces debes de dejar a tu familia, tus amigos y atrasarte en tus estudios, y es verdad que nombro mucho a mi familia, pero gracias a mucho esfuerzo y apoyo de ellos, lograba equilibrar mis responsabilidades. Pero la verdad es que nunca puedes llevar una vida de la forma a la que la gran mayoría considera “normal”.

 

Recuerdo una lesión bastante grave que tuviste en Corea en el 2006 ¿fue tu primera lesión seria?

Sí, nos encontrábamos junto con Gabriel Sagastume entrenando en Seúl, preparándonos para  los Juegos Centroamericanos y del Caribe de hace 4 años, en Cartagena, Colombia. Recuerdo que esta iba a ser mi primera participación en unos Juegos del Ciclo Olímpico, significaba todo para mí y mi carrera deportiva.

Con Sagastume fuimos a un Open que se realizaba en una ciudad en Corea, recuerdo mi primer combate con un atleta japonés, luego con un universitario coreano y en el tercer combate, en el segundo asalto en un intercambio de patadas, caí al suelo junto con el atleta Tailandés, quedando mi rodilla entre sus piernas, causándome la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y la rotura parcial del ligamento colateral izquierdo de la misma pierna.

 

Fue al final de tu estadía en Corea, ya volvías a Guatemala y quedaba muy poco tiempo para los Juegos ¿cómo siguió todo?

Esta lesión fue un día antes de regresar a Guatemala, luego de 2 meses en Corea, y al llegar a mi país recuerdo que fui directamente al hospital junto con mi madre, donde el médico me informó que iba ser imposible competir, y que era necesario operarme la rodilla, dijo algo como “olvídate de competir en los Juegos, y basado en mi experiencia, olvídate de seguir entrenando taekwondo”. En ese instante lloré hasta el cansancio, pero sabía que tenía que tener una segunda opinión.

Luego de 4 doctores ese mismo día todos coincidían en una cosa, no podía competir y tenía que ser operado de la rodilla, pero solo uno de ellos me aseguraba que iba a poder seguir entrenando mi deporte.

Antes de la operación fueron dos meses de rehabilitación para poder ser intervenido, luego fueron otros ocho meses de rehabilitación antes de poder regresar a entrenar.

 

 

Te sobrepusiste, volviste a los entrenos y llegaron los Juegos Panamericanos de Río 2007 ¿fue tu primer gran logro?

No lo llamaría el primero, creo que todos los logros obtenidos anteriormente tuvieron su gran importancia para mi carrera deportiva, pero no tan “mediáticos” como los son los campeonatos del ciclo olímpico. Dentro de los cuales te podría mencionar el Abierto de Holanda, el Campeonato Iberoamericano, un 5to lugar en el Campeonato Mundial en Madrid 2005, donde tenía 17 años, entre otros.

Pero claro, Rio 2007 significaba mucho para mi carrera y el posicionamiento dentro de la categoría de -58Kg.

 

Conseguiste la medalla en Río y ese mismo año tenías el clasificatorio para Beijing 2008, donde no pudiste conseguir la plaza ¿te afectó no clasificar para los Juegos Olímpicos?

Claro, como todo deportista el mayor sueño es participar y ganar en los Juegos Olímpicos, pero el hecho de no haber clasificado no significaba dejar los entrenamientos.

 

Comienza el 2008 y pareciera que comienzan tus problemas ¿Qué cosas te sucedieron durante ese año?

Por el mes de abril, durante un entrenamiento sufrí otra lesión más en la rodilla derecha, ambos meniscos se rompieron en su totalidad, lo cual significaba otra operación, y por supuesto dejar los entrenamientos de nuevo. Esta vez fueron 4 meses de recuperación.

Recuerdo muy bien que tuve que ver los Juegos Olímpicos en la televisión, lo cual me partía el corazón, pero al mismo tiempo me llenaba de fuerza para recuperarme y seguir entrenando.

 

Tal como dices, te recupresate y volviste a entrenar con fuerza y cuando parecía que las cosas se encarrilaban al finalizar el año te accidentaste ¿qué te sucedió?

A finales del 2008, cuando estaba de vuelta en los entrenamientos, el 13 de diciembre exactamente, tuve un accidente en una bicicleta, ya que por las dos operaciones en la rodilla, debía trabajar el doble en mi rodilla.

Una parte del timón de la bicicleta impactó en mi estómago con tal fuerza que, el páncreas chocó contra mi columna vertebral y se partió a la mitad.

Estuve un mes en cuidados intensivos y otros tres meses en el hospital.

 

Pero ahí ya no hablamos de que peligre la continuidad dentro de la práctica de un deporte, con un diagnostico así, lo que peligra es la vida.

Así es, la mayoría de las personas me daba por muerto, incluyendo muchos médicos dentro del hospital. Y en una cosa fueron contundentes, todos los doctores coincidían en que si sobrevivía iba ser imposible volver a practicar cualquier tipo de deporte, mucho menos uno de contacto como el Taekwondo.

 

¿Cómo te afectó esta situación?

Me hizo reevaluar mi futuro, y que era lo que debía hacer. Luego de la recuperación parcial del páncreas, tomé la decisión que parecía ser la única y la más lógica, obviamente, dejar de entrenar. Retomé mis estudios universitarios y debía conseguir un trabajo como todos los demás. Trabajé en un Call Center aproximadamente 10 meses.

Como cualquier persona, tenía deudas y cuentas que pagar, y este era el trabajo mejor remunerado dadas mis condiciones de salud, que no eran las óptimas.

Tuve mucho tiempo para evaluar y analizar mi vida, y mi futuro. Parecía que no tenía más opción que trabajar ocho horas en un escritorio, y de hecho nunca más realizar ningún deporte.

 

 

Según me cuentas, estabas totalmente desvinculado del Taekwondo ¿cómo te acercas nuevamente al deporte?

Como lo venía haciendo desde mis 14 años, la Federación Nacional de Taekwondo siempre estuvo apoyándome en mis triunfos y derrotas, fuera y dentro del tapiz, por lo cual estoy y estaré siempre sumamente agradecido con María Borello (Presidente de la Federación de Taekwondo de Guatemala) y con Ángel Alonso, mi Entrenador y Director Técnico. Ellos me dieron una vez más la oportunidad de unirme a su grupo de trabajo, esta vez como entrenador de atletas pre juveniles.

 

Luego de tantos años como atleta y después de pasar por lo que te tocó vivir, ¿cómo fue tu experiencia como entrenador?

Hace aproximadamente tres meses, viaje por primera vez como entrenador con el equipo juvenil que se encuentra preparando los Juegos Centroamericanos Estudiantiles, CODICADER. Fue una experiencia inolvidable, donde pude apreciar la otra cara de la moneda, y me llenó de orgullo y satisfacción poder transmitir lo que en tantos campeonatos y campamentos había aprendido y ver sus frutos.

 

XXI Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, Taekwondo

 

¿Y esto te acercó a la posibilidad de volver a entrenar?

Totalmente, esto me motivó a retomar los entrenamientos, para lo cual obviamente necesitaba un certificado médico, que me aprobara entrenar cualquier deporte y sobre todo Taekwondo. De forma milagrosa, todos los exámenes médicos aprobaban en un 100% mi condición física. Y esto me daba “Green Card”  para retomar los entrenamientos, luego de dos años sin tocar ningún tapiz.

Una vez más la Federación y mi familia, me apoyaron en mi decisión de volver, obviamente todos con cierto miedo por mi salud. Entrené con Gulsah (actual seleccionadora de Guatemala) todo el mes de junio.

 

Pero si comenzaste en junio y los Juegos Centroamericanos y del Caribe fueron a fines de julio ¿cómo fue que llegaste a formar parte del equipo?

El 6 de julio uno de mis compañeros de equipo se fracturó la mano derecha, imposibilitando su participación en esos Juegos, por lo que la dirección técnica me tomó en consideración para unirme al campamento de preparación con vistas a dichos Juegos. Luego de tres semanas de campamento, me confirmaban algo que para mi era una “serie de milagros”, iba a poder participar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, competencia que se me había privado 4 años atrás.

 

Pero Fede, comenzaste a entrenar en junio luego de dos años y te incorporaste al campamento preparatorio durante tres semanas. Viajaste a Puerto Rico y disputaste la final de ese evento, alcanzado la medalla de plata para Guatemala. Suena a historia para un film. ¿Tu como lo vives?

Te puedo decir como hijo de Dios que soy, que sin su ayuda no podría caminar, no podría correr, no estaría vivo, ni hubiera tenido la dicha de participar en esos Juegos. Para mí no hay otra forma de explicarlo. Sin la ayuda de Dios no sería quien soy, no habría ganado nunca nada, ni tendría las fuerzas humanas para caer y levantarme con más fuerza una y otra vez.

En realidad, no soy más que eso, un ser humano, pero con ciertas características que Dios y mi deporte me han dado, como la humildad, la perseverancia, la disciplina y el “valor de atreverse a más”, siempre con la ayuda de él.

 

Muchas Gracias Fede y Felicitaciones.

 

La última vez que Federico Rosal había competido, fue en Cali, Colombia, en diciembre de 2007.

Sabemos que existen muchas historias como esta, pero también sabemos que existen muchas personas que no se atreven a dar un paso más por el simple hecho de creer que no podrán logarlo. Federico dice “valor de atreverse a más” y nos pareció una buena historia para hacer conocer y mostrar como muchas veces detrás de un atleta, hay más que simple entrenamiento.

Agradecemos a Federico Rosal por dedicarnos su tiempo.

 

Claudio Aranda, Exclusivo masTaekwondo.com
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