El taekwondo gallego obtuvo sus mejores resultados de la historia en un Campeonato de España Absoluto.
Lo hizo coincidiendo con el cambio tecnológico. Su adaptación a los Petos Electrónicos quedó demostrada en la cita ourensana. El secreto está en el laboratorio de Jesús Benito, técnico responsable del equipo de competición que se entrena en el Centro de Tecnificación de Pontevedra.
El estudio de los rivales y, sobre todo, el análisis detallado de la nueva tecnologÃa jugaron a favor de los gallegos. Asà lo explica el técnico.
«Fueron horas y horas diarias de estudio para encontrar la fórmula de que una patada se transformara en punto. Buscamos dónde estaban los sensores en los petos y la sensibilidad que tenÃan. Qué tipos de técnicas habÃa que emplear».
«Con los de la marca Adidas (era los que se iban a utilizar inicialmente), habÃamos llegado a la conclusión de que puntuaba el ataque frontal, ya que primaba la presión al golpeo».
«Con los Lajust (los que se estrenaron en Ourense), fue todo diferente. Empezamos a trabajar como estábamos acostumbrados y no puntuaba. Luego le dimos mil vueltas, buscamos las zonas más sensibles y comenzamos a emplear técnicas de golpeo con el empeine», explica Benito.
- Cambio de estrategia
Una vez que tenÃa estudiado el peto, Jesús Benito acudió a Las Vegas a un campeonato internacional en el que se empleaban esos petos. Allà observó, ya en plena competición, cómo respondÃan.
«Y me llevé un chasco. En acción, los puntos no subÃan tanto, porque le habÃan aumentado la intensidad, de forma que habÃa que pegar más fuerte para puntuar».
Ver en directos los combates y, posteriormente, analizarnos en el ordenador, le permitió a Benito cambiar la estrategia de sus competidores.
«Optamos por desquiciar al rival. Hasta ahora, al decidir los árbitros, habÃa un elevado porcentaje de subjetividad en las puntuaciones. A veces, el sonido del golpeo contra un lateral del peto o contra el antebrazo, ayudaba al árbitro a dar punto. Entonces decidimos aprovecharnos de eso».
«Como el resto de autonomÃas no habÃan comprado los nuevos petos por su elevado coste (1.300 euros el par), no tenÃan controlada la dificultad que entrañaba lograr un punto. Pensamos, y el torneo nos dio la razón, que debÃamos defender muy bien con los brazos y olvidarnos un poco de atacar».
«El rival oirÃa golpear y verÃa que el punto no subÃa. Si la acción se repetÃa acabarÃa desquiciándose y abriendo su guardia. Ahà serÃa el momento de golpear nosotros».
- Antebrazos sacrificados
Para conseguir esto, sus deportistas tuvieron que hacer un trabajo extra de recepción de golpes con el antebrazo.
«Dedicamos muchas horas únicamente a parar golpes. Tal era la intensidad, que tenÃan los antebrazos muy doloridos incluso trabajando con con dos, tres y hasta cuatro protecciones superpuestas».
AsÃ, se acostumbraron a automatizar el movimiento. El siguiente paso fue la respuesta. Con la nueva puntuación, tirar arriba tiene un triple premio y habÃa que buscarlo.
«En algún momento, puedes incluso regalar un punto para lograr tres. No siempre, pero también hemos aprendido a jugar con eso».
Benito cree que el resultado se vio en el Absoluto y que muchos de sus competidores siguieron a la perfección sus instrucciones. Deportistas, entrenadores y público protestando acciones, mientras los gallegos puntuaban.
Otro factor importante fue el análisis del rival. Horas delante del vÃdeo ayudan, aunque el entrenador hace hincapié en los peligros que puede tener.
«Alguna vez me ha pasado de tener tan estudiado al rival, que el dÃa del campeonato hace otra cosa y nuestro competidor se bloquea. Pero el sábado no pasó asû. La grabación de los rivales es una tarea que tienen sus deportistas cada campeonato.
La adaptación es, para Benito, el secreto del éxito. «Hemos sido mejores porque hemos aprendido más rápido. Ahora hay que seguir un paso por delante», puntualiza.
(La Voz de Galicia)