Deporte-profesional

 

Realmente la columna es para dar soluciones… Pero en parte la solución principal es para mejorar la calidad de vida de las personas que se entregan a este deporte. Sea desde adentro del ocho por ocho o desde afuera.

Mientras charlaba con mi amigo Otto Hernández durante un evento en un pequeño gran país, salió a flote un pequeño gran detalle.

Uno que marca diferencias abismales en otros deportes de contacto. El cual los ha convertido en industrias.

El boxeo, por ejemplo, tuvo hace algunos meses la «Pelea del Siglo» y según el medio mexicano Azteca Deportes, entre boletos y habitaciones de hoteles se movieron $22,5 millones.

También el negocio de las Artes Marciales Mixtas dató que el evento de la industria Ultimate Fithing Champions (UFC por sus siglas en inglés) en México, hizo que el boleto más caro costara $198 aproximadamente, publicó el portal digital Deporte 360.

Estos datos solo indican algo: los negocios son exitosos.

Aunque las distinciones vayan desde estilos de pelear hasta vocabularios, la manera de hacer negocios y poner a circular el dinero es la misma.

Cuando se comenzó masificar el #Taekwondo, el plan fue rotundamente exitoso.

 

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Empero, fue una estocada a la apreciación del arte y el sepelio a las oportunidades de atraer inversionistas y patrocinadores.

Dividir los eventos en múltiples tapices ha permitido que los torneos avancen de una manera eficaz, sin embargo los espectadores no pueden tener un foco de atención… O al menos poder ver los mejores combates. Un costo de oportunidad que lo veo más como pérdida que algo a lo que se pueda sacarle ganancia.

Mucho del éxito económico del boxeo y de las artes marciales mixtas es que en sus grandes eventos el foco de atención gira en un solo escenario.

Esto por sí solo permite al atleta venderse ante los inversionistas, patrocinadores y público.

El formar equipos de Taekwondo no sería únicamente para #TK5, también son necesarios los combates individuales.

El hacer de nuestro apasionante deporte una industria, no es pisotear la marcialidad. Sino aumentar la calidad de vida y dar un incentivo para quienes dejan alma, vida y corazón por el Taekwondo.

Al final de cuentas son ídolos que se les aplaude y reconoce sus esfuerzos y méritos, pero de aplausos y halagos no se vive… Al menos hasta que se pague por ellos.

La incansable búsqueda de reconocimiento ha sido el gran motor para muchos atletas, entrenadores y dirigentes deportivos en nuestro deporte. Tal vez sea esa una de las principales razones por las que le cuesta tanto crecer a nuestro querido Taekwondo: El conformismo.

Es difícil imaginar que Floyd Mayweather o Ronda Rousey se satisfagan con tan solo una medalla, un nuevo Dan, un diploma o una nota en MasTKD.

Los protagonistas del deporte merecen no solo vivir para el deporte, sino vivir del deporte.

Ese tal vez sea un buen punto de partida.

 

 

Por Esteban Mora, Exclusivo MasTKD