Laura Roca A.
Licenciada en Psicología
Prof. de Taekwondo WTF

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A lo largo de la historia

El rol de la mujer siempre estuvo ligado a lo que podríamos denominar el ámbito doméstico, allí encontramos a las mujeres a cargo del cuidado de la casa, familia, hijos, etc. Poco a poco y con el pasar de los años las mujeres fueron ganando su lugar en el ámbito público: poder estudiar, votar, obtener puestos jerárquicos en las empresas, etc. Actualmente, nos encontramos con grandes cambios en este sentido, mujeres ocupando cargos tan relevantes para los países como el de presidenta.

De esta forma podemos ir viendo cómo el movimiento que se fue dando en el campo deportivo no es ajeno a lo que fue (y continua) ocurriendo a nivel social.

En la primera edición de los Juegos Olímpicos modernos, por ejemplo, por el año 1896, la participación de las mujeres estaba prohibida, posteriormente y a paso lento, se fue permitiendo la incursión de mujeres en distintas disciplinas deportivas. En la actualidad la presencia femenina no solo esta instituida, sino que también encontramos disciplinas en las que su performance es aún más reconocida que la de los hombres.

En Sídney Australia el Taekwondo hace su debut con cuatro categorías masculinas y cuatro femeninas, siendo antes deporte de exhibición en los Juegos de Seúl 1988 y Barcelona 1992.

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La lucha contra los estereotipos

Siempre se ha considerado a la mujer el “sexo débil” por naturaleza entonces aparecen mecanismos sociales para validar dicha teoría, la educación, la cultura, la familia, los medios de comunicación. Es donde comienza el cliché, etiquetas y frases que seguramente tu que practicas algún arte marcial ya has escuchado. “Eso es cosa de hombres” “Las mujeres deberían hacer ballet” etc.

Se relaciona que las mujeres que practican artes marciales tienden a tener un cuerpo más varonil, a masculinizar su apariencia, se cree que estas prácticas son nocivas para la maternidad ya que pueden quedar estériles, y que son muy delicadas para andar con moretones en el cuerpo.

Muchas de estas luchas contra los estereotipos comienzan en la propia familia, como nos comenta la competidora olímpica brasilera Iris Tang Sing quien practica el Taekwondo hace ya 13 años de los cuales su madre jamás aprobó este deporte, argumentando que eso era solo “cosa de hombres” y que ella no lograría nada con eso, el problema llegó a tal punto que Iris tuvo que salir de casa muy joven por perseguir su sueño, hasta vivir en la casa de su entrenador por falta de recursos, esto se tornó un obstáculo a comienzos de su carrera pero con el tiempo lo supera y lucha por la pasión que eligió, obteniendo grandes logros a nivel competitivo mundial, además de tener su propia academia donde puede transmitir todo lo aprendido, tornándose un gran referente dentro del Taekwondo y ejemplo de vida no solo por sus luchas en el tatami sino también demostrando ser una guerrera fuera de él. En conclusión, padres y madres apoyen a sus hijas cuando ellas decidan este camino en vez de convertirse en obstáculos.

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Grandes Errores

Entre los principales errores está el relacionar a las mujeres solo con los deportes recreativos o actividades físicas como las caminatas, la danza, la gimnasia modeladora y cuanta actividad surja de la moda y que estas simplemente persigan un objetivo de salud o belleza.

Las artes marciales van mucho más allá de eso, las mujeres que se dediquen al deporte y más aun de alto rendimiento tendrán los valores que respondan a esa actividad, dentro de las características y requerimientos necesarios sin ser vistas como más o menos femeninas por haber ingresado a este mundo considerado aún de un ámbito netamente varonil.

Las artes marciales son sinónimo de una preparación física y mental, un entrenamiento a fin de poder llegar a una determinada meta con una ganancia, técnica y táctica, que ayude a llegar al máximo a la persona no importa si es hombre o mujer.

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El Cambio

Desde el origen de las más antiguas Artes Marciales, las mujeres han formado parte de la evolución y difusión de las mismas, quizás hace solo una década el número de mujeres era menor y casi inexistente hace 30 años, donde las escazas practicantes tenían que entrenar mano a mano con los hombres, ahora el número es cada vez más grande beneficiándose enormemente de todo lo que las artes marciales pueden ofrecer.

Saber defenderse es una experiencia que les cambia la vida porque las empodera con confianza, determinación y conocimiento, al igual que los hombres forjan su carácter convirtiéndose en verdaderas guerreras, crean lazos muy fuertes de amistad con sus maestros y compañeros de entrenamiento quienes en su mayoría son grandes alentadores e impulsadores para ellas, entrenándolas de igual a igual sin preferencias ni prejuicios, sabiendo que son capaces de absolutamente todo, ya sea como grandes atletas competidoras, maestras, instructoras, a la cabeza de grandes equipos y selecciones realizando un trabajo espectacular.

La idea de que las artes marciales son solo cosas de hombres debe quedar atrás, porque si no perdemos todos, el objetivo de cualquier persona que adopte esta filosofía de vida sabe que es integradora, pacifista, no distingue hombres, mujeres, edades, razas, su deber es transmitirla y no dejar que se pierdan los valores, la marcialidad y el arte.

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Tienes que esforzarte! no importa lo que digan, donde entrenas o con quien entrenas. Es tu dedicación y tu fuerza de voluntad lo que te llevará hasta cumplir tu mayor sueño.

(Iris Tang)

Exclusivo MASTKD.com