Lic. Prof. Fernando Akilian
Maestro de Taekwondo 4º Dan Kukkiwon
Profesor de Educación Física
Licenciado en Actividad Física y Deporte
Licenciado en Ciencias de la Educación
Autor del libro «Taekwondo Olímpico. Enseñar el arte de jugar el deporte»
Lic. Adrián Gianechini
Entrenador de Taekwondo – III DAN
Licenciado en Psicología
Director de Temple Taekwondo – Chaco, Argentina
Introducción
El presente artículo tiene como objetivo conceptualizar y analizar brevemente la “disciplina” como conducta a enseñar en las clases de Taekwondo, tanto en lo marcial como en el deportivo, realizando una revisión desde la Pedagogía y la Psicología.
Definiremos qué es la disciplina, sus paradigmas y la fundamentación de todo aquello que fue construyendo de manera simbólica y práctica este fin educativo y acción humana. En el presente texto evitaremos elaborar un pseudo manual o guía de qué hacer, sino más bien generar en la lectura un espacio de reflexión y debate para proveer de herramientas conceptuales actuales a quienes dan clases de Taekwondo y a las familias que eligen este arte marcial y deporte.
Desarrollo
Desde sus inicios, y en Oriente particularmente, las artes marciales incluyeron a la disciplina entre sus contenidos a enseñar, como conducta necesaria para aprender estas prácticas corporales y artísticas, y que además formen parte de su estilo de vida. Esto lo vemos reflejado en los cinco principios del Taekwondo: cortesía, integridad, autocontrol, perseverancia y espíritu indomable; conductas éstas entendidas como valores humanos que, a través de la práctica, se irían reproduciendo mediante actividades e intervenciones pedagógicas propuestas por el instructor o maestro clase a clase. A partir de 1973, y con la deportivización, los principios del Taekwondo y la disciplina quedaron arraigados a ambas corrientes o expresiones siendo, desde nuestro análisis, la deportiva la que mayor provecho sacó. Esta modalidad supo promover el deporte y adicionar la mirada filosófica primaria del Taekwondo en la formación educativa del deportista, diferenciándose así de los demás deportes.
A continuación, nos gustaría ahondar sobre nuestro objeto de análisis. Según el Diccionario de la Real Academia Española (2020), para definir “disciplina” habría dos acepciones que pueden interesarnos:
- f. Doctrina, instrucción de una persona, especialmente en lo moral.
- f. Especialmente en la milicia y en los estados eclesiásticos secular y regular, observancia de las leyes y ordenamientos de la profesión o instituto.
Para la pedagogía tradicional del siglo XIX y anterior, la disciplina en las instituciones educativas se lograba enseñando a través del miedo, utilizando castigos, llegando incluso a ser de tipo físico. De hecho, de ese modo han usado la disciplina los grandes regímenes totalitarios y dictaduras del siglo XX, tergiversando el concepto de “disciplina” y acercándolo más a la idea de obediencia con represión y sumisión, castigando fuertemente (incluso con la muerte) a quienes no acataran la “norma” vigente.
Gracias a la aparición de obras y trabajos realizados por pedagogos, que verían al niño como un sujeto único y con sus características propias, a principios del Siglo XX se difunde mundial y progresivamente la Escuela Nueva en contraposición de la tradicional. Esta nueva corriente pasaría a fortalecer las conductas adecuadas en vez de castigar las inapropiadas. Aunque en sus inicios y hasta hoy en día se encontró con dificultades para sustituir las prácticas de la pedagogía tradicional punitiva, tanto en ámbitos del aprendizaje formal como no formal, la Declaración Universal de los Derechos del niño protege y asegura en todo el mundo a los sujetos de estas edades.
A la disciplina también la podemos conceptualizar como la capacidad de actuar de forma ordenada y perseverante para conseguir un propósito, considerándola como un saber fundamental en la vida y que se iría adquiriendo en diferentes contextos, como en la educación formal y no formal. Pero claramente tiene su inicio en la educación informal, comenzando con la socialización primaria en la familia para luego continuar con la socialización secundaria (en escuelas y otras instituciones).
Se enseña disciplina según las experiencias personales (cómo nos educaron en nuestros hogares), la moral y costumbres de cada lugar, la forma de vida que cada sujeto entiende que se debe promover. La base de conceptos importantes como autoridad, respeto por las normas, autocontrol y responsabilidad son básicos para poder convivir en sociedad. Entendida así, la disciplina no tiene por qué restar espontaneidad, felicidad o alegría a la vida, sino que, basado en la comprensión simbólica y abstracta, se practica en el día a día. Es parte de las relaciones humanas y necesaria en diferentes espacios culturales.
En síntesis, para la pedagogía actual se prefiere educar sin recurrir al castigo físico o psicológico, sino más bien proponiendo el diálogo y la comprensión, considerando las necesidades e intereses como parte del proceso. En el Taekwondo, sin embargo, se sigue observando que algunos instructores o maestros aun eligen el castigo físico como estrategia disciplinaria, por ejemplo, haciendo realizar ejercicios de fuerza (flexo-extensiones de brazos, abdominales y otras) en un intento de generar cambios de conducta, particularmente en niños.
La necesidad de disciplina en los espacios de aprendizaje se fundamenta de acuerdo con Giuseppe Nérici (1969) citado por Stenhouse, L. y otros (1974): “la dirección del aula consiste en conducir el conjunto de actividades referentes a su disciplina, a lo largo de la clase, para que haya un mejor aprovechamiento del tiempo y un trabajo integrado hacia la obtención de un mayor y mejor aprendizaje”.
También según Quinn, P (1989) citado por Watkins, C. y Wagner, P (1987), la disciplina es instrucción que moldea, forma, corrige e inspira el comportamiento apropiado. Woolfolk (2001) expresa que la disciplina en el aula son técnicas empleadas para mantener un ambiente adecuado para el aprendizaje, relativamente libre de problemas de conducta.
Por lo tanto, la disciplina aparece en los espacios pedagógicos, como puede ser en una clase en la escuela o en una academia de Taekwondo. Al hacer referencia al comportamiento que los alumnos tienen en clase, el objetivo sería lograr que estos participen en las actividades para aprender contenidos y respeto por el docente y el resto de sus compañeros, en un espacio de intercambio disciplinario entre sujetos.
¿Y en el deporte?
El Taekwondo, en su expresión deportiva, por ejemplo, el combate (kyorugui), cuenta con un reglamento para mantener la disciplina esperable durante la contienda, sancionando a través de los árbitros a los deportistas y entrenadores que incumplan las reglas. Es decir, utiliza cierto aspecto de la disciplina tradicional, pero también premia con mejores puntajes a quienes realicen técnicas más complejas y, en ciertas instancias, pueda llegar a premiarse el fair play (juego limpio). Por esto, la expresión deportiva del Taekwondo conjuga ambas facetas de la disciplina, y se transforma en una herramienta pedagógica para transmitir, de forma teórica y práctica, sus principios tradicionales antes mencionados.
En este punto, es necesario introducir el concepto de Autodisciplina, entendiéndola como la autodeterminación del sujeto a llevar a cabo acciones concretas, sistemáticamente, por el convencimiento de que dichas conductas le traerán un beneficio propio y/o a la sociedad. Es decir, no ya la obediencia por el miedo sino más bien la acción por convicción, favoreciendo la autonomía y la autorregulación del sujeto, aun cuando estén ausentes los árbitros y los “maestros severos”.
Conclusiones
Para finalizar, coincidimos con Marquez y otros (2007) cuando afirman que la disciplina no solo implica el conjunto de normas y la aplicación de sanciones cuando la regla es transgredida, sino que es importante considerarla además como parte del mundo interno de la persona, un hábito en donde cada individuo logra su autodominio para actuar libre y responsablemente sin perjudicar al otro.
En el Taekwondo específicamente, vale decir que el tipo de disciplina que decidamos implementar en nuestras clases necesariamente habla del tipo de alumno que esperamos formar. Por lo tanto, pensar si queremos practicantes sumisos o críticos, temerosos o respetuosos, creativos o autómatas, necesariamente nos lleva a reflexionar de qué modo implementaremos la disciplina.
Es importante destacar que, para adquirir e implementar estrategias pedagógicas y disciplinarias eficientes, es fundamental recibir formación adecuada. Que tengan base en la experiencia, pero también y fundamentalmente en saberes científicos especializados. A fin de que nuestros intentos de formar con el Taekwondo, en lugar de ser traumáticos y frustrantes, sean enriquecedores para nuestros alumnos y para nosotros mismos.
Referencias bibliográficas
- AKILIAN, Fernando. Taekwondo Olimpico. Enseñar el arte de jugar el deporte. 2009. Ed. Kier. Buenos Aires
- FREIRE, Pablo. Pedagogía del Oprimido. 1970, pp. 71-93. Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires.
- MÁRQUEZ GUANIPA, Jeanette; DÍAZ NAVA, Judith y CAZZATO DÁVILA, Salvador. La disciplina escolar: aportes de las teorías psicológicas en Revista de Artes y Humanidades UNICA Año 8 No 18 / Enero-Abril 2007, pp. 126 – 148 Universidad Católica Cecilio Acosta.
- Pineau, P., Dussel, I. y Caruso, M. La escuela como máquina de educar. Ed. Paidos. Buenos Aires.
- SAGGIO, Carlos. De la cabeza: Aspectos psicológicos en el mundo del deporte. 2016, pp. 35 y 128. Editorial 101 golpes. Buenos Aires.